Entrecortes y distancias. en el viento, un andaluz

El presente proyecto de investigación aplicada aborda desde la reapropiación de found footage de materiales con diferentes naturalezas una nueva construcción de la identidad andaluza en el audiovisual. Mediante un “ejercicio de espiritualidad” tal y como lo define Foucault se relacionan las imágenes con la identidad del autor. La investigación se basa en las relaciones sujeto-cámara como una relación generadora de lo identitario. De esta forma, en la pieza resultante se ponen en cuestión las relaciones de las cuales parten las imágenes y, a su vez, qué espacio se está generando en el nacimiento de esta pieza en sí misma.

Fotograma del documental Entrecortes y distancias, en el viento, un andaluz (2024), Ángel Díaz.

Hace ya tiempo, en concreto dos años, que he emigrado de mi tierra, Andalucía. Toda mi vida he residido en diferentes localidades de la comunidad autónoma. Sin embargo, dado el carácter de mis estudios he tenido tanto la oportunidad como el privilegio de poder desplazarme para profundizar en mis conocimientos. Es a raíz de este éxodo que, desde una subjetividad, he presenciado una diferencia notoria entre la cultura catalana y el lugar del cual provengo. En este choque es que yo vuelvo la cabeza y miro extrañado mis orígenes. De forma inevitable comparo los caracteres de la gente, las relaciones sociales, la capacidad económica, las festividades… Todo se vuelve un extraño conocido cuando observo al Sur, y me llena de fascinación y apego emocional. Los gallegos le dirían morriña. Se convierte así, la identidad andaluza, en el objeto de estudio central en mis prácticas investigativas durante la elaboración del máster, una forma de sentirme cerca de mi casa. Una forma, a su vez, de explorarme tanto a mí como a la tierra que me tiene enamorado.

Es extraño pensar que cuando estaba dentro de aquel territorio no tenía ninguna necesidad de evocar los rasgos de andaluz. Simplemente convivía con ellos, lo que se traducía en disfrutar del ambiente desde una forma ingenua. Miraba el resto del mundo sin atender a la posición geo-política en la cuál me situaba. Hasta cierto punto, esto ha condicionado la forma de relacionarme con mi entorno. Me ha permitido empaparme de lo que podría ser llamado cultura andaluza. Entre andaluces, no hay ninguna necesidad de manifestarse como uno (aparentemente). Por eso, una vez estando Despeñaperros arriba, me he visto enfrentado a la necesidad de expresar un otro yo. En ese momento fui consciente de mi condición personal. De repente, yo estaba atravesado por todo ese contexto cultural y geo-político con el cual había estado viviendo. Yo no era lo que siempre había sido, sino que tanto a los ojos de los demás, como a los míos con respecto al mundo, había una esencia (quizás) que era necesaria evidenciar. Me encontraba en una búsqueda y una experimentación de mi identidad. Para Amelia Jones (2006) la necesidad de expresar un otro yo que sobrepasa los límites físicos del cuerpo, tiene que ver justamente con la manifestación, a muchos niveles, que puede hacer una persona para realizarse. El cuerpo es una herramienta de experimentación y transformación de búsqueda de identidad. El cuerpo se convierte en lenguaje y también en el medio. Ya sea con uno mismo o con el mundo, es la comunicación, la expresión, la herramienta para conocer la identidad. De esta forma, requería encontrar un lugar en mi presencialidad acorde a lo que yo sentía. Aquello que en la atmósfera me arropaba en Andalucía, ahora debía vestirlo, performarlo, ante el frío de la ausencia.

La nostalgia con respecto a mi tierra natal me llevó a acercarme a sus representaciones. En este tiempo estuve visionando películas y series donde se representa a Andalucía tanto en personajes como en lugares. Estos productos audiovisuales los pude categorizar en lo que denomino como artefactos audiovisuales distribuidos. Estos son piezas audiovisuales, tanto de series, películas de ficción o no ficción, más o menos experimentales, anuncios de televisión y, en definitiva, cualquier objeto audiovisual que de alguna manera haya sido distribuido por diferentes medios oficiales como un objeto de entidad propia teniendo un público abierto. También, en alguna vuelta a casa, rebusqué entre el material fílmico de carácter doméstico que las estanterías cubiertas de polvo tenían. Así, buscaba tener herramientas para sentirme más cerca de mis orígenes cuando marchara. Estos materiales audiovisuales se diferencian con respecto a los mencionados artefactos audiovisuales distribuidos. La idea de proyección de estos vídeos caseros tiene que ver con espacios reducidos de público y de una forma autogestionada. En sí mismo, estos documentos audiovisuales no están pensados para tener ningún tipo de narrativa a la hora de ser vistos, sino que resultan en una concatenación de planos y eventos que se ordenan de una forma arbitraria y sin una línea argumental. El visionado de estos dos tipos de audiovisual despertó en mí una intuición. Fuertemente decepcionado por la gran mayoría de contenido estereotipado que encontré en los artefactos audiovisuales distribuidos, los vídeos caseros de mi familia resultaron una bocanada de aire fresco, aunque más que fresco debería decir (re-)conocido. Descubrí que más allá de que fueran vídeos en donde reconocía a las personas y algunos lugares, la realidad que se estaba plasmando era orgánica y casi accidental. Aunque los eventos estuvieran organizados, como puede ser un cumpleaños o una cena de navidad, la cámara se encuentra estos hechos y forma parte de la relación con lo que se retrata. La performance que se presenta en estas imágenes tiene un matiz muy diferente a la de los productos de ficción, donde la puesta en escena y el arte claramente quieren hacer referencia a elementos icónicos culturales.

Entre la voluntad y el accidente he querido realizar este trabajo. En el espectáculo también hay realidad. En la relación entre el cine, el viento y la fotografía, es el viento el que empujó a Godard a realizar sus Historia(s) del cine.

“Lo que ha pasado por el cine / y conservó su marca / ya no puede entrar en otra parte
/ y para mí, ante todo, la mía / mi historia / y qué tengo que hacer / con todo eso / toda
esa claridad / toda esa oscuridad / a veces por la noche / alguien susurra en mi
habitación / apago la televisión / pero el susurro continúa / es el viento / o mis
antepasados”.
— (Godard, 1998, pps. 81-82)

Godard entiende el cine como heredero de la fotografía, legando tanto los derechos para reproducir parte de lo real como todos sus deberes. Lo real aparece en aquellas fugas que en la puesta en escena evaden al control del director, que se pueden materializar en la naturaleza como el viento que susurra a las hojas. El cine, al heredar la fotografía, siempre ha querido ser más verdadero que la vida, dice Godard. Sin embargo, el cine no es ni un arte, ni una técnica. Es un misterio (Ibid., p. 83). El misterio que se manifiesta en el viento. Porque el viento no se ve, pero mueve las hojas que se captan en la película. El viento es ese elemento que, invisible, es ingobernable e incontrolable. Buscará siempre la manera de realizarse a sí mismo. Encontrará su propio camino y el cine, si es que tiene suerte, podrá captar sus gestos, saber que está, pero nunca evidenciará su forma. De la misma forma, se entiende la identidad andaluza en esta investigación. Por ello, para encontrar quién soy como un andaluz se ha de
descubrir qué es un andaluz en el formato audiovisual. En primer lugar se deberá trabajar con lo que implica la identidad, ya que la abordamos desde dos sentidos diferentes: la identidad individual con respecto al mundo, algo que tratan autores como Martin Buber y Michel Foucault; así como lo que es la identidad andaluza, en concreto en el contexto audiovisual, de la mano de autores como Rafael Utrera. De esta forma, podremos comprender aquellos pensamientos que conforman una identidad, tanto personal como grupal, y cómo se enlazan a una representación. Desde ahí, la intención es poder atisbar el viento, aquella fuerza invisible que mueve y genera lo andaluz, y que es merecedor de nuestras consideraciones. Posteriormente nos adentraremos también en un marco teórico propio del audiovisual, donde se pretende rondar términos como performance, diarios filmados y found footage. Todo ello con el objetivo de buscar aquellas fisuras y manifestaciones donde el viento hace entrever la identidad cultural de lo andaluz escondida en la pantalla. Unas fisuras que revelen laidentidad que me pertenece y en la que me inscribo.

Este proyecto se presenta como una investigación aplicada, resultando en una pieza audiovisual de carácter vídeo-ensayístico, que en su propia forma desvela y experimenta con el propio medio, aportando conocimiento nuevo sobre la identidad (e identificación) y la distancia de grabación. Para ello, se auto-imponen una serie de límites en cuanto a la elección del material para conformar el vídeo. En primer lugar, parece pertinente justamente juntar estos dos elementos de los cuales hablaba al principio y de los que surgió mi intuición: mi propio material familiar y filmes que representan, en su contenido, a Andalucía. La situación personal desde la que parto condiciona la investigación, dado que puedo y me inscribo dentro del propio objeto de estudio. Por tanto, la investigación se tendrá que vehicular por un proceso de autorrepresentación y exploración de la propia identidad del sujeto que se inscribe en la búsqueda de lo andaluz. Es decir, me parece conveniente que ante la búsqueda de una identidad que yo encarno, la propia situación personal busque ser una herramienta que a priori pueda servir para sortear diferentes dificultades en el proceso. De esta forma se quieren encontrar nuevos puntos de vista que combatan las ya estudiadas representaciones del andalucismo o el españolismo. Es por esto que el proyecto se presenta como un diálogo del autor con las imágenes donde tiene sentido que se muestre a sí mismo conviviendo junto a ellas (creadas por otros o siendo imágenes propias). Se considera que así se propicia un ecosistema más fértil para establecer diálogos en cuanto a la distancia de grabación y las relaciones de identificación.

Édouard Glissant en su libro “Poética de la Relación” (1990) entiende la Relación como una interconexión dinámica y compleja entre culturas, pueblos y geografías. Es preciso apelar a un concepto dinámico y abierto de identidad como Relación. La identidad es ante todo un riesgo, una relación. Ninguna civilización, ninguna persona, podría definirse sin la relación con los otros. Los imaginarios de las humanidades están convocados a experimentarpermanentes transformaciones para pensarse y afrontar nuevas maneras de frecuentar la diversidad siempre cambiante del mundo. Así, la idea de la Relación se opone al concierto de lo “Mismo”. Las repercusiones de las culturas, en simbiosis o en conflicto, en la dominación o en la liberación, abren frente a nosotros algo desconocido, sin cesar, cercano y diferido, cuyas líneas de fuerza a veces se dejan adivinar para, acto seguido, sustraerse y evaporarse. De esta forma, nos dejan imaginar su juego, que es al mismo tiempo trazado por nosotros. El enfrentamiento con el vacío es en sí mismo una relación, que no tiene sentido siendo una extranjería, sino que deviene de un conocimiento compartido. Es por eso mismo que Glissantse enfrenta a este concepto desde la poética. A través de lo que sugieren las palabras es que en sí misma está la Relación, es como encontrar el pensamiento del pensamiento. Derivar a un espacio vacío, un abismo donde la proyección y la perspectiva de lo desconocido termina siendo un reflejo de la identidad. Es ahí donde se puede observar el término de Relación.

Tras esta introducción, por tanto, podemos abordar las hipótesis y el objetivo de dicha práctica investigativa aplicada, por tal de proponer un pequeño claro en esta arboleda de letras. Desde la intuición que surge de los vídeos domésticos de mi familia pretendo perseguir esa idea. Parto, por lo tanto, de la siguiente hipótesis: la relación de las personas y el entorno con la cámara construye un espacio que genera la idea de identidad. La relación personal entre el sujeto y el audiovisual permite divisar de una forma más evidente la identidad tras la performance, permitiendo así establecer una construcción de lo identitario. Siendo esto así, el vídeo-ensayo presente tiene el objetivo principal de construir una idea de identidad andaluza a través de la reapropiación de las performances tanto de los vídeos amateur como de los llamados artefactos audiovisuales distribuidos. No se pretende con este objetivo poner en valor una forma de audiovisual sobre la otra, sino esclarecer una potencialidad del vídeo que aparece como Relación, en su producción y contexto que se manifiesta en el visionado pero que se produce en la realización. Para llegar a cumplir este objetivo principal, se tienen que dar en primer lugar otros objetivos secundarios, como es la creación de relaciones identitarias tanto con los vídeos de carácter amateur como con los artefactos distribuidos. Y, también, establecer vínculos relacionales entre los objetos audiovisuales que aparezcan en la pieza, lo que permitiría establecer diálogos intersubjetivos en torno a las representaciones que tienen lugar. Además, en sí misma, la propia producción de esta investigación, sería el resultado de una tercera y más externa (en capas y no en profundidad) encuentro relacional. Provocando así un nuevo entendimiento sobre la autorrepresentación (andaluza) y la relación con el audiovisual.

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